viernes, 26 de septiembre de 2008

¿ QUÉ MÁS DA ?

Hace unos años quemé las naves del trabajo profesional fuera de casa , dejándome algunos troncos por si en algún momento podía embarcarme en una barquichuela sin alejarme demasiado. Meses atrás tome la barquichuela y me dí un paseo por costas cercanas y disfruté de nuevo de enseñando lo que había aprendido en estos años. Me invitaron a embarcarme en otra nave mayor y decidí por varias razones que no era el momento, entre ellas una de mis hijas de 8 años que me dijo que le gustaba que me fuera a trabajar porque a mí me gustaba mucho, pero no le gustaba porque ya no estaba con ella (lo que ella describía como" no estar" significaba "estar menos").
La decisión no ha sido fácil para mí pues me atraía mucho y la presión social es grande.

A lo largo de estos años se ha ido implantando una mentalidad de que no queda otra que trabajar fuera de casa porque:

--De otro modo no te realizas.
--Si no, no llega el dinero.
--En casa eres esclava de todos.
--Lo de la casa lo puede hacer cualquiera.
--Los niños son una carga.
--Las mujeres y los hombres estamos para cosas más importantes que para cuidar niños, eso también lo hace cualquiera.
--El cariño se puede dar superconcentrado al llegar del trabajo.
--Es un trabajo no reconocido y no pagado y eso en esta sociedad no vale.
--Si no consumes un montón de cosas: ropas, viajes, coches, salidas, aparatos,cirugías...no estás en la onda, y eres un "pringao".

Y de vez en cuando pienso:

--¿Realmente todos esos trabajos son más realizadores?¿la realización depende del trabajo o de quién lo hace?
--¿El rendimiento económico es tan grande que supera con creces el pago de la"chica", guardería,y profesionales varios para la solución de arreglos que se puede hacer uno mismo?
--¿Los trabajos son tan liberadores que nadie tiene un jefe que la esclavice?
--¿Da lo mismo quién y cómo se ocupe de los niños ? ¿da lo mismo a quién quieran, quién les quiera y a quién tomen por modelo?
--¿Da lo mismo que la casa esté limpia o sucia, que la comida sea buena o mala, que las cosas estén bien o mal planchadas, que en casa se esté a gusto o a disgusto, encontrar la casa vacía o encontrar a alguien que te acoge?
--¿Da lo mismo estar 10 minutos superconcentrados con un hijo o con un marido/mujer o con un amigo/a que tener una conversación relajada? quizá, si da lo mismo, les podemos explicar a nuestros hijos adolescentes que para salir con sus amigos les bastan unos minutos superconcentrados y no necesitan estar hasta las tantas de la mañana.
--Las personas de nuestro alrededor realmente prefieren que tengamos una cara perfecta y que conozcamos muchos países a estar con ellos?

El día tiene 24 horas de las cuales dedicamos de media 8 a dormir, 8 a trabajar con lo cual nos quedan 8 para varios.Lo habitual es que las 8 de trabajar vengan depués de dormir y si hemos trabajado intensamente las horas correspondientes, en las otras 8 horas tenemos que hacer cansados el resto de cosas: aseo personal, comidas, transporte, familia( conyuge y niños), médicos, compras, arreglos y mil cosas más.

Los hombres tradicionalmente se han quejado de que llegaban a casa muy cansados de trabajar y no tenían ganas más que de sentarse a descansar.Hoy eso ha cambiado y en muchas familias ambos cónyuges cansados se dedican con gran esfuerzo a atender a la prole.

A veces me imagino una familia en la que el tema económico no fuera un problema y tuviera resueltos todos los aspectos materiales para preguntarme: si yo estuviera en su lugar¿por qué optaría? ¿qué sería lo más importante a la hora de elegir el trabajo: el sueldo o estar con mi familia, mi realización o ayudar a mis hijos a crecer sanos y equilibrados?¿realmente se puede hacer todo a la vez?¿existe una receta mágica para que todos tengamos el sueldo, el trabajo y vida familiar perfectos y equilibrados?

Está claro que hay muchos trabajos atractivos y muchas cosas que hacer en la vida muy buenas y que no siempre el camino mejor es el más fácil, por eso de vez en cuando vale la pena mirar los fundamentos de la propia vida y las metas a las que uno quiere llegar para rectificar si es necesario.La fórmula la tiene que encontrar uno mismo con los medios que la sociedad le ofrece y, si no se los ofrece intentar cambiarla, pero no dejar naufragar nuestras aspiraciones.

Yo me he guardado unos troncos, por si acaso...

2 comentarios:

Altea dijo...

¡Me alegro mucho de que estés de vuelta!
No, el trabajo doméstico no lo hace cualquiera. De hecho, yo sé de un montón de colectivos que no son capaces de hacerlo: los egoístas, los perezosos, los guarros, los que carecen de buen gusto, etc, etc.
Estuviste muy acertada en que, si tu hija te dijo eso, es que no era el momento. Pero estoy de acuerdo en lo de los troncos de emergencia. Son imprescindibles para cuando llegue el momento.

Interruptor dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con tus reflexiones y me parece perfecta tu decisión.

En mi caso, si el prescindir del trabajo de uno de los dos no fuese una hecatombe económica, creo que yo dejaría de trabajar (mi mujer disfruta mucho más que yo con su trabajo y gana más, así que sería más lógico que lo dejase yo). Lástima que no puedo.

Me encantaría dejar a mis hijos en la puerta del colegio por las mañanas y estar esperándoles a la salida. Me encantaría poder tener la comida de mi mujer preparada para que comiese nada más llegar en lugar de tener que empezar a preparar cosas y comer tardísimo o comer recalentado lo preparado el día anterior. Me encantaría tener ese tiempo que me falta para hacer arreglillos en casa ya que casi todo el tiempo que tengo lo dedico a mis hijos.

Yo tengo la teoría de que, con los hijos, la dedicación debe ser muy “concentrada”, sí, pero mucho tiempo, no es excluyente.