Estaba haciendo la compra en un supermercado pequeño (¿minimercado? ), iba con prisa y terminé mi compra seleccionando el pan entre lo que quedaba en las estanterías al lado de la Caja.No había mucho : integral, bollitos, y poco más, así que decidí que ese día tocaba integral.
Detrás de mí , varias personas buscaban el pan:
-¿No hay barras?
*Están a punto de salir.
-¿Tardarán mucho?
*No sé , pero creo que poco.
La pregunta se fue repitiendo hasta que había cinco personas al lado de la Caja mirando alternativamente a la cajera y a las estanterías del pan con cara de enfado.
Un chico, mientras metía mis artículos en cajas para enviarlo a casa, miraba la situación y hablaba con la Cajera:
-Bufff,¡ qué cosa!, parece que nos fueran a disparar, estoy por levantar las manos.Y se sonreían.
Y es que ambos eran extranjeros.Por su aspecto y habla, de algún país de Centroamérica o Sudamérica y les extraña nuestra forma de actuar, nos consideran muy” bravos”.Ya sé que esto es generalizar mucho, pero he vivido varios años en Centroamérica y me costó adaptarme a su ritmo más pausado que el nuestro, a su sentido del tiempo en el que no se sabe muy bien qué día se van a terminar las cosas, a su “vivir al día” y al momento.
Pero al volver a España también me costó volverme a acostumbrar a nuestro ritmo trepidante, a nuestro volumen de voz, a nuestro afán de que las cosas se terminen “anteayer”.
No sé si es posible combinar un poco de todo …
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